martes, 12 de julio de 2011

Un chico malo, bien malo, de ojos oscuros. De esos que no estudian, ni trabajan y se enorgullecen, que fuman y beben. Que al pasar por mi lado me guiña un ojo sin inmutarse ni soltar palabra. Que me llama 5 minutos después para decirme que no va a venir y me avise 2 segundos antes de venir a verme. Que no se preocupa si me enojo y no intenta remediarlo. Un chico que no se preocupa de mis problemas y hace ver que me escucha cuando le hablo. Ese mismo chico que me dice lo que piensa sin importarle mi reacción. El chico que me ve de lejos y sonríe. Ese chico que a pesar de ser un chico malo, (en mi idioma gato), sin corazón y que actúa como si nada le importace... supo decirme te quiero. Ese te quiero que hoy echo tanto de menos.

-¿En que pensas?

+ En que si cuento hasta diez y abro los ojos él aparecerá por la puerta con una flor en la mano y un ramo de excusas.

-Ilusa...No va a aparecer y si lo hace no lo hará ni con flores, no excusas, ni siquiera un simple perdón.

+Vos que sabés!


-No le harán falta ni las flores ni las excusas. Si aparece bastará con que te mire de reojo y te sonría a medias para que el perdones todo este tiempo sin aparecer y salgas tras él.

+¿Y qué más dará?


-Pues que ya van muchas veces...

+¿Y si esta vez fuera diferente? ¿Si esta vez viniera para quedarse?

-Créeme si quisiera quedarse nunca se hubiera ido.