miércoles, 27 de abril de 2011

ELLa ↓

→Sonreía como si le fuera la vida en ello. Besaba lento, así le duraban más los amores. Cantaba en la ducha pensando que daba un concierto. Su laca de uñas era amarilla, y sus labios del color de la sangre. Rozaba la locura cuando bailaba sobre tacones, y bebía hasta no poder más; dueña de la noche, cómplice del día. Escribía siempre antes de ir a dormir, y se aliñaba con toques de zumo de naranja. Pero por si fuera poco, una cosa la diferenciaba de los demás; amaba como si no hubiera un mañana, vivía como si no hubiera existido un ayer.

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